La crisis que estamos sufriendo está mostrando cómo somos y cómo nos comportamos ante situaciones para las que nadie estaba preparado.
Esta nueva realidad -en el plano personal y profesional- nos traslada un horizonte próximo en el que todo será distinto y en el que nos sentiremos cada vez más atraídos por aquellos líderes y organizaciones que hayan demostrado su compromiso contribuyendo de forma efectiva con la sociedad.
“El consumidor español durante el confinamiento”* considera “muy positivo” el esfuerzo de marcas y empresas por paliar los efectos de la pandemia por el COVID-19 y por ayudar a la sociedad en general. Una opinión en la que coinciden el 89% de los consultados, cuyo top 10 está formado por empresas como: Inditex, Amazon, BBVA, El Corte Inglés, Santander, Telefónica, Telepizza, Decathlon, Google y el Real Madrid.
Todas ellas son grandes organizaciones, con una larga tradición en realizar una gestión socialmente responsable, líderes en su sector, además de tener una importante capacidad para comunicar y dar visibilidad a su actividad.
1. RESPONSABILIDAD SOCIAL
En la forma de actuar de una marca y sus líderes está su verdadera diferenciación y valor. Las compañías que serán mejor valoradas tras esta crisis, desde el punto de vista de su reputación, son las que han puesto en el centro de sus decisiones el cuidado de sus empleados, de sus clientes, de sus proveedores y colaboradores, de las comunidades con las que se relacionan, es decir, a las personas.
Son empresas que tienen una misión, una visión, unos valores claramente definidos y actúan conforme a ellos.
2. LIDERAZGO
Hay numerosos ejemplos que han trascendido a la opinión pública de líderes de grandes, medianas y pequeñas empresas que han conseguido motivar a sus equipos humanos para seguir impulsando la organización a pesar de las muchas dificultades.
Autenticidad, naturalidad, carisma, credibilidad, empatía… son características de los grandes líderes que han inspirado la responsabilidad colectiva de sus equipos para trabajar en beneficio de todos, en ocasiones logrando trasformar su actividad, radicalmente y en tiempo récord, para comenzar la producción de respiradores, desinfectantes, mascarillas… tal y como hemos podido ver en las últimas semanas.
Constituyen referentes que en tiempos de incertidumbre nos mueven a combatir el desánimo, entendiendo que todos somos importantes porque todos jugamos un papel activo en la tarea colectiva, cada uno en la medida de nuestras posibilidades, y, a veces, incluso más allá.
3. COMUNICACIÓN
Uno de los retos fundamentales a los que se han enfrentado las organizaciones en este clima de incertidumbre que estamos viviendo es encontrar la mejor forma de relacionarse y comunicarse con sus grupos de interés. Esto ha supuesto la búsqueda del equilibrio justo entre la prevención del oportunismo (el «miedo» a desvirtuar una intención sincera), y el silencio absoluto. Pero el silencio no es una opción, en estos momentos es cuando la empresa puede demostrar que su compromiso con la sociedad es verdadero y acompañar a sus públicos -internos y externos- y ello pasa por una gestión activa de la comunicación.
Al mismo tiempo, si una empresa solo se comunica con sus públicos objetivos cuando espera obtener algo de ellos, cuando hay malas noticias o durante una crisis, no existirá una receptividad real a sus mensajes, e incluso puede obtener un efecto contrario al deseado.
Como siempre, es una cuestión de transparencia y confianza, que, tanto a nivel interno como a nivel externo, se va ganando poco a poco, con una actuación responsable (hechos) y prolongada en el tiempo.
Si de forma regular hay escucha y diálogo, y la empresa y sus portavoces han conseguido ganarse el respeto de sus grupos de interés, ambas partes serán consideradas como referentes ganándose el reconocimiento de empresa responsable no solo por sus stakeholders, sino por la sociedad en su conjunto.
“El consumidor español durante el confinamiento” es un estudio de la consultora More Than Research Group
#LaComunicaciónNoSeDetiene
Imagen: Ross Findon (Unsplash)